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Un año para construir comunidad


Vivimos un momento complejo y confuso. Hay una crisis de confianza que se ha agravado cada día. Es fácil sentir miedo. En mi opinión, el futuro de la vida misma depende que dejemos a un lado el miedo y busquemos cómo escuchar y convivir con aquel diferente a nosotros.


Pero, ¿cuál, “aquel diferente a nosotros”? él de adentro y él de afuera. El de afuera es la persona que llamamos ignorante o aquel que llamamos élite, el que no escuchamos porque no sabe: sea por falta de educación o sea por exceso de intereses personales. Es aquel que no escuchamos porque, según nosotros, ya sabemos como piensa.


Y él de adentro, es más complejo, cuando hay mucho miedo construimos muros psicológicos para no mirar ciertas partes de nuestro interior; entumimos nuestros sentimientos, nuestra empatía y compasión – es un mecanismo de defensa. Tengamos curiosidad y aprecio para querer conocer al otro y para conocernos a nosotros mismos.


Las distinciones que hacíamos sobre las formas de pensar ya no funcionan. El actual paradigma ya no aplica, porque no alcanza a abarcar el actual contexto que enfrentamos. Por ejemplo, en el tema crucial del calentamiento global del cual depende el futuro de la vida en el planeta, la distinción política y económica entre la izquierda y la derecha no aplica. Parece que la derecha niega que existe un calentamiento a causa de la actividad humana y la izquierda intenta posicionarse criticando los intereses comerciales de los “capitalistas”, pero la verdad es que la izquierda no tiene un record favorable en el tema de medio ambiente tampoco. Y es difícil que lo tenga un lado o el otro porque nuestra adicción y dependencia a la energía fósil es fuerte – nada mas miren ¡la psicosis causada por unos días de escasez en el suministro de gasolina! Podemos observar algunas distinciones de un nuevo paradigma emergiendo: el miedo y el no miedo, y una voluntad abierta o una voluntad cerrada. Con el miedo uno se cierra, se escude, construye muros y se aísla; con la confianza uno se abre, escucha, observa y convive.


Fundación Comunidad, mucho más que apoyar proyectos que ayudan a los que más necesitan, facilita un diálogo demoledor de muros y constructor de confianza y convivencia. Ven a aportar, convivir y confiar siempre buscando la prosperidad, libertad social, política, religiosa, económica o personal.




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