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23 años de caminar en Comunidad

México como nación, después de la Revolución, se organizó como una corporación que contenía y organizaba la vida política, económica y social, y que conformaba un cuerpo social regido y controlado por las reglas y líderes corporativos, en todos los aspectos de la vida de la población: los sindicatos de los. empleados de gobierno y de los pobladores urbanos, los campesinos, las mujeres, las juventudes, etc.


El activismo de ciudadanos independientes era escaso y no contaba con apoyo ni legalidad, mientras los problemas sociales y el reclamo por democracia y participación crecían.


En 1968 los estudiantes concentran tales reclamos y llegaron a tener el apoyo de trabajadores y ciudadanos, que el gobierno en turno decidió no escuchar, sino reprimir brutalmente, lo cual empujó a muchos de ellos a diversas formas de lucha social y política, dejando al mismo tiempo abierta la urgencia de participación independiente en diversas geografías y temas. Surgen importantes organizaciones ciudadanas, las cuales, en razón de la falta de apoyo oficial, reciben financiamiento de la cooperación internacional.


A nivel global se construían las economías neoliberales que prometían desarrollo mediante el comercio global. México se adhiere a ese pacto, declara al país del primer mundo, lanza programas sociales propios, mientras las organizaciones no gubernamentales quedan en gran parte sin el apoyo internacional, pues la cooperación internacional emigra a otras zonas con graves problemas sociales (África, países del Este luego de la caída del muro de Berlín).


Estas organizaciones independientes dieron una importante lucha por conseguir el reconocimiento del Estado hasta lograr una ley de organizaciones civiles, que las rige hasta hoy, como sus relaciones con diferentes instancias gubernamentales, como el acceso a recursos oficiales.


Las fundaciones comunitarias en México, constituyen una respuesta para que organizaciones enraizadas en la realidad social encontraran formas novedosas de acceso a recursos de ciudadanos y empresas para dar respuestas socialmente valiosas a las problemáticas que atienden.


En 1995, en diversos estados de México surge y se desarrolla el concepto de fundación comunitaria. Para 1996 varias se constituyen apelando a la conciencia social de ciudadanos de diferentes lugares sobre la realidad de marginación y pobreza en que viven miles de ciudadanos en las mismas ciudades o lugares donde ellos también viven. Así muchos descubren su responsabilidad social como ciudadanos o empresas, aportando su trabajo, su tiempo o su dinero, a mejorar la vida de las comunidades.


Los 13 primeros años de Comunidad A.C. como fundación comunitaria, era una total novedad: había que situarnos localmente, y nuestra localidad era nada menos que todo Morelos.


No ha sido tarea fácil. Al principio fueron los proyectos de mujeres y niños los que movieron a las personas y organizaciones a apoyarles a través de la Fundación Comunidad. Más adelante se pudo apoyar proyectos de jóvenes, de desarrollo comunitario, educación, medio ambiente, construcción y generar programas vinculados a temas de migración y voluntariado.


Durante estos 23 años hemos llegado a 17 municipios de Morelos. Nosotros pusimos la semilla- esos recursos económicos y técnicos conseguidos entre los estudiantes y profesionistas, empresarios y donadores anónimos; ellos, ciudadanos organizados, mujeres, jóvenes y adultos, pusieron su actividad incansable y comprometida con sus comunidades en necesidad. Juntos hemos logrado: formación de sus líderes, empoderamiento, independencia económica, desarrollo tecnológico, redes de cuidado y solidaridad, organización social, voz ciudadana, nuevos proyectos.


Para realizar su misión, la Fundación Comunidad A.C., recurre a personas, empresas y organizaciones de la sociedad con sentido de responsabilidad social para visibilizar y apoyar problemáticas sociales específicas de Morelos y conseguir su apoyo profesional y económico para llevar adelante proyectos sociales y de desarrollo.


En 23 años de presencia en el estado de Morelos, hemos conocido y visibilizado la realidad de cientos de comunidades marginadas de servicios, donde existen núcleos de jóvenes, mujeres y vecinos que ejercen su creatividad y acción ciudadana para conseguir una vida digna y con futuro, con sus organizaciones que dan apoyos y servicios varios a niños, a mujeres violentadas, a jóvenes en su formación humana, artística, laboral, y mucho más.


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