Fundar una asociación civil con fines filantrópicos
Miguel Izquierdo
Miembro del Consejo de Fundación Comunidad
¿Es tiempo de fundar este tipo de asociaciones, en medio de las crisis generalizadas? Un grupo de colegas de Barichara, Colombia y Peru visitó el 15 y 16 de noviembre espacios y asociaciones apoyadas por la Fundación Comunidad, A. C., con el fin de valorar el carácter de asociación civil que ellos y sus colegas en ese pueblo de 12,000 habitantes, debe seleccionar con fines de desarrollo y florecimiento social.
Escucharon atentamente las experiencias vividas en los órdenes organizativo, operativo y legal, de tres agrupaciones que operan en Morelos, a saber, Resiliente MX (Cafetería en Cuernavaca), La Jugarreta, Espacios de Participación (AC en Tepoztlán) y Café La Fauna, empresa restaurantera cultural de Cuernavaca. También compartieron sus experiencias personales y colectivas derivadas de sus talentos, de sus emprendimientos, y de las discusiones que han sostenido con sus colegas, interesados en fundar una asociación civil, con miembros y directivos de nuestra Fundación Comunidad, de manera que ocurrieron aprendizajes en ambas direcciones.
Un aspecto crucial entre los puntos analizados en su agenda, fue el asunto de la formalización de la AC, en tanto vía para poder recibir recursos de diversas fuentes, con fines de operar proyectos, por cuanto implica funciones como la administración, la fiscalización, la transparencia operativa, el cumplir con varias obligaciones que implican desgaste y probable desatención de lo que hasta ahora han sido sus funciones habituales de operar proyectos. Expusimos por nuestra parte los cambios legislativos recientes en México, que implican atender tareas sin las cuales se arriesga las autorizaciones de operar
o bien el flujo de recursos.
Producto de sus visitas, y lo que mucho agradecieron, han sido las vivencias y lecciones asociadas con las experiencias de las tres organizaciones morelenses citadas arriba, que dan cuenta de su surgimiento, sus etapas críticas, su resiliencia, y los liderazgos surgidos entre sus miembros a lo largo de su historia. En especial llamó su atención lo hecho en pro de sus vecinos y conciudadanos en la etapa de pandemia, incluso en condiciones de precariedad organizativa, y con riesgos de cerrar o de suspender temporalmente sus colectivos.
Quienes escuchamos los relatos, ciertamente nos conmovimos apreciando lo que llaman sea yerros o aciertos, iniciativas que fueron tomando en comunidades rurales y citadinas, que se han venido consolidando algunas de ellas y les dan futuro. También nos admira el que están preparando y ya tienen a algunas jóvenes listas para sustituir liderazgos, surgidas de sus propias organizaciones o entre sus destinatarios de servicios, años atrás. Fundación Comunidad se enorgullece de los resultados obtenidos de estos colectivos, como de la oportunidad de colaborar en el intercambio de saberes, conocimientos y experiencias con organizaciones hermanas.
Agradecemos a Daniela Ruiz (Perú), María Cecilia Restrepo, Tannia Falconer y Carlos Gómez (Colombia) por lo compartido, en su visita.
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