Conmemorando nuestra fuerza comunitaria
El año 2017 nos brindo una oportunidad para reconstruir los espacios y habitarlos de forma diferente. Fue un año de reconocimiento de la riqueza de lo humano, al transformar los sucesos de desesperanza e incertidumbre en actos de esperanza y posibilidad.
Esta fuerza se ha conmemorado en el mes de septiembre. En un ejercicio de hacer memoria, reconocer el trayecto de lo vivido donde se entrelaza lo placentero, las alegrías, las certezas, pero también las tristezas, las incertidumbres y las dudas. La comunidad de Xoxocotla, nos ha hecho partícipes del proceso de fortalecimiento y su caminar. Hemos aprendido a mirar de forma más colectiva e incluyente, a repensar en la reconstrucción de los territorios culturales.
Hacer memoria también implica, dialogar consigo mismo y por supuesto con la otredad que nos acompañan en este andar. Este dialogo no siempre es agradable, a veces incómoda, interpela y nos cuestiona. Una de las preguntas latentes y que ha resonado en la comunidad es ¿desde donde nos reconstruimos? Desde lo colectivo, con el otro o en aislamiento e individualismo.
Este ejercicio nos ha permitido resignificar el dialogo, el trabajo, los roles de hombres y mujeres, la comunidad y nuestra capacidad de “ser” y estar en el mundo. Pensamos e inventamos otras formas de generar vínculos. En este mes de septiembre conmemoramos lo vital, nuestra fuerza y todo aquello que podemos transformar cuando ponemos al centro a las personas.
Es una mirada que sostenemos desde la Fundación, buscamos generar alianzas y redes para pensar en otro mundo posible. Sigamos circulando nuestras voces y desarrollando propuestas que conmemoren lo humano y lo vital.