Quince años del Fondo Equidad de Género
- Fundación Comunidad AC
- hace 2 días
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Beatriz Pineda
Impulsora del Fondo Equidad de Género
El 24 de octubre tuve el gusto de participar en la celebración del XV aniversario del Fondo de Equidad de Género. Fue muy grato llegar al Jardín Borda y ser recibida por el entusiasta equipo de Fundación Comunidad y ver todo el colorido en los stands de cada proyecto participante de emprendimiento. Observé a mujeres de diversas partes del estado, e incluso algunas de fuera, mostrando orgullosamente sus productos. Había bellos carteles que reflejaban la esencia de cada emprendimiento y toda la temática giraba alrededor de las historias que hay en cada mujer. Los productos que se ofrecían me llamaron la atención por su calidad y utilidad.
Posteriormente pasamos a la bienvenida, donde se presentaron a las mujeres que compartirían sus testimonios. Se explicó que el evento sería una biblioteca humana en la que las mujeres emprendedoras fungirían de “libros humanos” y relatarían sus historias; quienes escuchábamos jugábamos el rol de “lectores”.
Como participé en la creación del Fondo de Equidad, compartí con las personas asistentes unas palabras sobre la manera en que surgió el fondo y cómo lo he visto evolucionar a lo largo de estos quince años. Narré las formas en que este fondo representa para mí un esfuerzo vivo de dar respuesta a las necesidades de la comunidad morelense. Conté cómo desde el año 2009, cuando participaba junto con la familia Friend en el movimiento de la Alianza Pachamama en México, me cayó un veinte importante: el propósito de potenciar en el mundo una presencia humana que sea ambientalmente sustentable, socialmente justa y espiritualmente plena, lo que me inspiró e inspira profundamente. Sin embargo, en ese momento entendí que, dedicando mi tiempo y talento a este trabajo de cambio social, me quedaba corta. Decidí que los recursos económicos con los que la vida me había bendecido, también debían ser invertidos en las causas que movían mi corazón. Así nació el fondo y, en aquel momento, invité también a otras personas a que coinvirtieran conmigo para promover el empoderamiento de las mujeres.
El fondo se ha ido transformando con los años y ha cambiado de ser un apoyo a organizaciones que trabajan con mujeres temas de salud, prevención de violencia, arte, etc., a proyectos productivos. También mi labor filantrópica fue cambiando, de sólo hacer filantropía o donaciones a hacer algo que se llama “inversión de impacto”, de manera que parte del dinero que se mueve en el mundo financiero tradicional pueda invertirse (ser prestado) en emprendimientos de mujeres en contextos de vulnerabilidad, así como en empresas que contribuyen a la sustentabilidad del planeta.
Hoy más que nunca creo que es importante que más seres humanos se percaten de la importancia de tomar conciencia de nuestro rol en la economía. Tener dinero en el banco no significa que el dinero está guardado ahí; el banco está prestando ese dinero a alguien más y, posiblemente, no es alguien a quien lo prestaríamos nosotros. Donar también juega un rol importante en la economía. Quienes, por circunstancias de la vida, tenemos más recursos de los que necesitamos, lo mejor que podemos hacer con esos recursos es compartirlos para que más personas puedan capacitarse para que ellas puedan contribuir con su espíritu, sus ideas y talentos, a crear productos y servicios valiosos.
De corazón, espero que este fondo pueda cumplir muchos años más y que más personas y fundaciones se sumen a fortalecer el trabajo de tantas mujeres que tienen mucho que dar a sus comunidades.
































