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El diseño industrial al servicio de las comunidades

El programa Creando Comunidad es un espacio donde estudiantes que desean hacer su servicio social, prácticas profesionales y voluntariado puedan poner sus habilidades, tiempo y disposición para compartir sus saberes. Durante el último año pudimos recibir a tres estudiantes de Diseño Industrial que trabajaron dentro del Fondo Equidad de Género con algunos grupos de mujeres en el diseño e implementación de espacios de venta tanto fijos (locales) como itinerantes (stand para ferias) además de poner su conocimiento, pusieron su entusiasmo y creatividad en cada una de las actividades que realizaron.


Les compartimos la experiencia de Astrid, Brenda e Ingrid, estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, a quienes les agradecemos ser parte de la familia de Comunidad.




Astrid


“Mi experiencia haciendo las prácticas profesionales y servicio social en Fundación Comunidad fue de mucho aprendizaje ya que interactué con los distintos grupos de mujeres, aprendí sobre algunas técnicas que desconocía y que ellas llevaban a cabo a la hora de fabricar sus productos, como el tejido con lana, los pigmentos naturales, la elaboración de mermeladas, etc.


Gracias a que interactuamos con los grupos aprendimos a detectar las necesidades que tenían en sus establecimientos y como solucionar la problemática para una mejor función del lugar.


Principalmente aprendí a trabajar en equipo, ya que teníamos que tomar decisiones entre mis compañeras y yo. También me relacioné con proveedores como carpinteros, herreros, etcétera, con quienes realicé cotizaciones, esto me abrió un panorama más amplio del campo de trabajo en el que me desarrollaré."



Brenda


“Quiero agradecer a Fundación Comunidad por haberme permitido realizar mi servicio social junto a ellas y por la oportunidad y confianza de realizar proyectos para los grupos de mujeres del Fondo Equidad e Género.


Para mi fue una experiencia de crecimiento, ya que el hecho de trabajar en un proyecto real donde se debían cumplir ciertas expectativas y requerimientos específicos, me ayudó a conocer cómo puede ser trabajar con un cliente, y de igual manera cómo adaptarse a las necesidades y peticiones deseadas. Hasta ahora, esta experiencia ha sido lo más cercano que he tenido a lo que es la vida laboral como diseñadora, ya que no es lo mismo realizar un proyecto en la universidad, que realizar uno para un cliente o una empresa real, lo cual me permitió desarrollar un poco más mis capacidades dentro de mi carrera.


También el hecho de trabajar con grupos de mujeres y poder ayudarlas, de alguna manera, fue muy especial e importante, saber que ayudamos a resolver algún problema o necesidad me brinda mucha alegría, no solo por cumplir con el proyecto, sino como persona me hace sentir que pude apoyar a alguien de corazón y para mi es muy importante ayudar a nuestro prójimo. Este tipo de proyectos, donde como estudiante pude poner mis habilidades a favor de un grupo de mujeres de una comunidad y no solo se quedó dentro de una oficina o para el beneficio del lugar (como en la mayoría) sino que fue más allá: nuestros diseños cumplieron su función, eso es de las cosas que más me gustó de esta experiencia.


Por otro lado, el ambiente dentro de la Fundación con el equipo operativo siempre fue muy padre, me sentí muy cómoda en todo momento con la convivencia entre todas, lo cual me permitió poder expresar mejor mis ideas dentro de los proyectos y también fuera de ellos, siempre sentí el apoyo y empatía que tenían con nosotras al ser estudiantes, siempre comprendieron que a veces nuestros horarios nos impedían ciertas cosas y nunca tuvimos que descuidar nuestros estudios gracias a eso, lo cual agradezco mucho. Muchas gracias a todas por la confianza y la oportunidad.”


Ingrid


“Gracias a Fundación Comunidad pude realizar mis prácticas profesiones y mi servicio social, aprendí a interactuar con clientes en un ambiente más profesional, lo cual me permitió adentrarme a lo que será mi vida como diseñadora: poder comprender a las clientas, detectar las necesidades y encontrar una solución de manera innovadora, creativa y adaptada a una fácil ejecución para las artesanas. Fue una grata experiencia que las mujeres con quienes trabajabamos se encontraran emocionadas por la realización de su proyecto y quisieran formar parte de él, ayudándonos a montar mobiliario, limpiar, pintar, etc,. lo cual ayudó a crear no solo un proyecto para un cliente, si no crear una experiencia satisfactoria tanto para ellas como para mi.


Además me ayudo a ver de otra manera el trabajo artesanal realizado por mujeres morelenses que muchas veces es muy poco valorado; me enseño a comprender que no solo es comprar un producto bonito, sino adquirir una historia detrás de cada pieza: gabanes, muñecas, comida, etc. Estos productos han sido realizados por medio de enseñanzas de varias generaciones atrás, hechos con insumos naturales, locales y totalmente hechos por manos morelenses.


Mi experiencia dentro de Fundación Comunidad es totalmente positiva, el equipo operativo siempre nos dio la oportunidad de explotar nuestra creatividad y poderles presentar nuestras propuestas de la mejor manera, nos apoyaron en todo momento, comprendían los tiempos de la universidad, lo cual me gusto mucho ya que nos apoyaban a nos descuidar nuestros estudios y a la vez desarrollar bien nuestro trabajo dentro de la fundación, además de la convivencia muy amena que ayudaron a conocer a personas de otras instituciones o facultades que realizaban su servicio o practicas con ellos y que al día me he podido apoyar de alguno para poder realizar ciertos proyectos con ellos.”


Deseamos seguir construyendo junto a la comunidad estudiantil de nuestro estado, espacios de aprendizaje, solidaridad y reflexión, para juntas/os poder ayudar a la transformación de nuestra realidad por una más justa para todas/os.



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