Entretejer voluntades
Jennifer Arias / Miriam Miranda
Equipo Operativo Fundación Comunidad
El año pasado estuvo marcado por la reflexión de nuestras prácticas comunitarias, y observamos como germinaron las semillas en las distintas regiones. En esta ocasión nos tocó cosechar la generosidad de quienes hemos acompañado en algún momento. Esto, mediante la campaña de Un Café por Comunidad.
La iniciativa tiene varios matices del trabajo comunitario, que se entraman y nos deja ver la fortaleza de las agrupaciones con las que hemos colaborado y cómo esta “devolución” nos consolida como fundación comunitaria. Por un lado, la reciprocidad de las agrupaciones para sumarse y contribuir a los proyectos de las juventudes en Morelos, ha sido el motor para buscar y construir nuevas alternativas de colaboración. Esto nos lleva a otro matiz del trabajo comunitario: las formas de participación de nuestros aliados, que al estar en un ecosistema amplio y diverso, buscan diferentes maneras de colaborar.
En esta ocasión realizamos junto a cafeterías aliadas, la campaña Un Café Por Comunidad, para recaudar recursos financieros y difundir el trabajo que realizamos junto a grupos de jóvenes del estado, a través de la invitación a degustar un café por causas sociales que tienen un impacto preciso con ciertos sectores de la población. Resulta interesante reflexionar en cómo podemos hacer comunidad desde diferentes acciones: desde invitar a tomarse un café y donar; difundir nuestras actividades en redes sociales; contribuir con tiempo y talento para promover alguna causa comunitaria; y con esto, sentirnos parte en la construcción de un espacio mejor.
La campaña Un Café Por Comunidad nos permite mirar el efecto de la reciprocidad, es un efecto de ida y vuelta, es un modo de construir un tejido comunitario. Con esto se hace visible que las alianzas pueden tomar diferentes formas y que las relaciones se han entretejido de manera más horizontal. El hacer comunidad, tiene este efecto, esta dimensión de participación, de organización y puesta en marcha.
Nos emociona escuchar las experiencias de las personas a cargo de las cafeterías sobre cómo recaudaron y cómo sus propios comensales respondieron a la campaña. Al mismo tiempo, otras personas llegaron a estos espacios, para conocer cada una de las cafeterías y sumarse a la convocatoria. Por ello, nos parece valioso escribir y mostrar que la esperanza se construye y que las posibilidades se multiplican cuando nos incluimos desde nuestra trinchera. Esperemos que esta iniciativa sea de largo aliento, de nuestra parte nos comprometemos a seguir trabajando para que sea posible. Agradecemos a todas las personas que se siguen sumando desde la invitación a un café, y que, este año sigan encontrándose y dialogando.
La campaña sigue durante este año y esperamos que con su ayuda pueda llegar a más oídos, para que conozcan estos espacios de encuentro y puedan donar Un Café por Comunidad, el cual puede cambiar la vida de alguien mañana.
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