Entre el peligro y la oportunidad

Por un lado, vivimos algo trágico y crítico en este momento de la historia. Los indicadores macro-económicos son suficientes para preocuparnos, y aún más, si miramos las realidades que esos indicadores no miden y nunca han medido: las comunidades, las economías informales, los vendedores en la calle, todos históricamente vulnerables y ahora ante un peligro, muchos no tienen modo de atenderse si se contagiaran. Y… siempre hay otro lado de la historia. Me niego usar la palabra “distanciamiento social” y, afortunadamente, se ha dado un efecto contrario durante el necesario “distanciamiento físico”; las personas y los grupos, ante la evidente insuficiencia del sistema de salud, de protección social, del sistema económico se han unido para apoyarse, solidarizarse y sostenerse. Muchas comunidades que estaban buscando respuestas fuera, ahora voltearon el lente a mirar hacia dentro de su comunidad. Empezaron a comprar y consumir lo que produce el vecino, sembrar tierras abandonadas hasta recuperar conocimientos ancestrales de medicina. Y lo mejor es que desde esta fortaleza local pueden decirle al mundo, no queremos regresar a ese "normal", que ni antes de la pandemia servía – esta es la oportunidad de resetear al sistema, las relaciones, las comunidades, el sustento. El Coronavirus nos ha puesto la pauta, la oportunidad de reinventarnos.

Es por eso que desde Fundación Comunidad hemos comenzado a re pensarnos en y como Comunidad, como red, como grupo y como parte de la sociedad civil con acciones claras y de mucha reflexión, trabajando desde casa pero sin “distanciamiento social” y más unidos que nunca a procesos de cambio interno, desde nuestro propio ser para que lleguen a ser cambios sistemáticos que nos permitan la resiliencia que necesitamos, no solo en estos tiempos de dificultad, sino que también nos permitan estar preparados como sociedad fuerte e incluyente, sensible y lista para los cambios que vienen.